Diario de Teruel , 29 de noviembre de 2020 Uno de los proyectos culturales más destacados del gobierno aragonés es el futuro Museo del Ferrocarril de Aragón. Pese a los obstáculos habituales en un proyecto de estas dimensiones, a los que se une la incertidumbre generada por el covid-19, todo avanza poco a poco en las tres sedes proyectadas: las antiguas estaciones ferroviarias de Canfranc (Huesca), Casetas (Zaragoza) y Caminreal-Fuentes Claras (Teruel). Todas ellas fueron de crucial importancia en la historia del ferrocarril aragonés y serán rehabilitadas para su futura función museística. La Estación de Canfranc, levantada en 1928, fue clave por su papel conector de la red ferroviaria aragonesa con el extranjero y destaca por su innegable monumentalidad. Casetas es una construcción más modesta, pero también clave como nudo de comunicaciones y que se remonta a 1863, en los primeros años de despliegue del ferrocarril aragonés. Pero nos centraremos en la tercera: Caminreal-Fuentes Claras
Opinio atque sententia