Diario de Mallorca, 9 de marzo de 2025
Cort anuncia que a finales de año arrancará el proceso para convertir el recinto deportivo, inactivo desde 1973, en zona verde
El Ayuntamiento de Palma ha anunciado que a finales de este año empezará el proceso para convertir en zona verde el antiguo velódromo de Tirador. Así formará, junto al antiguo Canódromo, un amplio parque urbano vinculado a la idea del gran Bosque Metropolitano que actualmente maneja el consistorio palmesano. Este podría ser el final de una historia que empezó hace una década: en marzo de 2015, cuando Cort expropió la histórica pista.
Construido en 1903, Tirador está entre los quince velódromos más antiguos del mundo y es el único que conserva la estructura original: un caso único a nivel mundial. Sin embargo, desde su expropiación los diferentes consistorios no han llevado a cabo actuación alguna. La pista, símbolo histórico y deportivo de la ciudad, permanece inactiva desde su cierre en 1973 y tuvo desde entonces usos diversos, desde depósito municipal de vehículos a acoger pistas de squash. Con todo, la sociedad propietaria (la extinta Veloz Sport Balear) le había procurado un mantenimiento básico que más o menos la mantenía en condiciones.
En junio de 2015, poco después de ser expropiada, Cort colocó dos placas de homenaje: una al campeón ciclista Guillem Timoner y otra a los ciclistas allí fallecidos en competición. Todo indicaba que el proceso para integrar el velódromo en el futuro parque de Sa Falca Verda era inminente. Incluso la Associació de Veïns Es Fortí, con su presidente Salvador Maimó a la cabeza, se ofreció a gestionar el espacio mientras empezasen las obras; ofrecimiento que fue rechazado, argumentando que el proceso de transformación sería rápido…
Diversos factores frenaron la reforma: el cambio de color del gobierno municipal, la falta de financiación o los recursos judiciales de la propiedad afectada. Pero también el replanteo del proyecto, pues solo el edificio anexo al velódromo (Es Xalet, tribuna de Gaspar Bennazar reconvertida en edificio) tenía asegurado sobrevivir. El proyecto de Sa Falca Verda fue descartado, se acordó que Tirador sería conservado íntegramente y ubicado en un nuevo parque, aparte del proyecto original y bautizado como Bosc Urbà.
Ese nuevo proyecto, diseñado por la arquitecta Isabel Bennàsar, marcó la pauta para transformar la zona y en parte ya es una realidad en el viejo Canódromo. Su ejecución mantuvo la pista de carreras y la entrada al recinto como vestigios de su antiguo uso, además de restaurar el acueducto milenario de la Font de la Vila, de época musulmana. El proyecto tardó cuatro años en llevarse a cabo (inicialmente iban a ser doce meses) y aún arrastra algunas deficiencias, además de quedar pendiente la colocación de una escultura de homenaje a los galgos que allí compitieron.
Tirador iba a ser la primera fase del parque, pero los recursos de los antiguos propietarios retrasaron la expropiación definitiva hasta 2019. Mientras tanto, la instalación quedó vacía y sin mantenimiento alguno. Llegó la degradación, la acumulación de basuras (más de ocho toneladas fueron retiradas en 2021) y el crecimiento descontrolado de vegetación. En 2018 fue ocupado, lo que impidió cualquier actuación y la falta de control efectivo sobre las instalaciones. La única nota positiva del retraso fue la declaración de Tirador como Bien Catalogado en 2021, cuyo valor histórico y patrimonial nadie discute actualmente.
El tiempo pasaba y todo empeoró. Los okupas fueron desalojados en 2022, pero vinieron otros; la estructura del Xalet fue amenazada por el crecimiento de un pino cercano; las malas hierbas siguieron proliferando, con el consiguiente peligro de incendio; todo en un entorno plagado de grafitis y más basuras, para desesperación de los vecinos. Por fin, en 2023 fue licitada la redacción del proyecto y fue escogida la propuesta ganadora, diseñada por Corina Dindareanu y la propia Isabel Bennàsar; pero las obras no fueron adjudicadas y el proceso volvió a frenarse. Una vez más.
Al cumplirse diez años desde la expropiación, su estado sigue empeorando y las obras de la esperada zona verde siguen sin comenzar. Los palmesanos siguen esperando ver completo el parque iniciado en el Canódromo; los vecinos de Es Fortí siguen soñando con un espacio verde, limpio y seguro para el barrio; y los amantes del patrimonio y la cultura aún creemos que es posible recuperar una reliquia deportiva única en el mundo transformada para nuevos usos. De momento, una década después, todos hemos salido perdiendo.
De acuerdo con el anuncio de Cort, las obras se ejecutarán en 2026. Lo que permitiría conmemorar el 125 aniversario del velódromo en 2028 de la mejor forma: celebrando su recuperación para la ciudad. Los que hemos seguido la historia desde el principio esperamos que, ahora sí, las autoridades municipales cumplan con la palabra dada y Tirador logre triunfar en su carrera más difícil: la de su supervivencia.