La Tajadera (núm. 66-67), enero de 2025
A las afueras de Fuentes Claras, en el pequeño barrio de El Santo, se encuentra el paso elevado sobre el ferrocarril conocido popularmente como la Rampa. Fue construido por la Compañía del Ferrocarril Central de Aragón con motivo de la nueva vía entre Caminreal y Zaragoza, que proporcionó conexión directa entre la capital aragonesa y Valencia. Así la Rampa permitía sortear el nuevo tendido ferroviario y mantener la conexión entre el núcleo urbano y los caminos rurales de la zona.
Pero este no fue el primer ferrocarril existente: en 1901 la misma compañía construyó en el mismo lugar la línea entre Valencia y Calatayud, que se atravesaba por un sencillo paso a nivel. Se creyó que al estar la antigua estación de Caminreal a apenas un kilómetro de Fuentes Claras era innecesario un paso elevado, pues en ese punto la velocidad de los convoyes era muy reducida, tanto llegando a la Estación como saliendo de ella. Entonces, ¿por qué se construyó un paso elevado para la nueva vía férrea? un hecho lo cambió todo.
El 8 de junio de 1931, con los trabajos del ferrocarril Caminreal-Zaragoza en marcha, el vecino de Fuentes Claras Francisco Rando Garcés se disponía a atravesar el paso a nivel en su carro tirado por mulas. Mientras cruzaba pasó un convoy, que no pudo frenar y el carro tampoco atravesó a tiempo. Como consecuencia, el carro fue arrollado y a causa del impacto su ocupante murió en el acto. La violencia del choque fue tal que el carro quedó destrozado y hasta la caballería murió en el siniestro. El maquinista paró para atender al atropellado; pero nada pudo hacer por salvarle y los vecinos, indignados, la tomaron con él, salvándose por poco de ser linchado. La línea estuvo cortada varias horas hasta que acudió la Guardia Civil, retiraron los restos del accidente y pudo reabrirse la circulación.
Las causas del choque pueden atribuirse a la escasa luz natural del día, pues el siniestro se produjo a última hora de la tarde, así como a la distracción de una o ambas partes. En todo caso, el hecho puso en evidencia la peligrosidad del paso a nivel pese a estar en un lugar llano, de buena visibilidad y no muy lejos de la estación de Caminreal, por lo que la velocidad del convoy no podía ser muy alta.
La noticia transcendió y la prensa nacional se hizo eco del suceso. Entre otros detalles, se supo que el paso a nivel carecía de barreras, algo irregular e incluso delictivo. Esto debió persuadir a la empresa del ferrocarril de construir un paso elevado, más seguro y fiable. Así, al inaugurarse la nueva línea ferroviaria el 2 de abril de 1933, la Rampa de Fuentes Claras ya era una realidad.
Su recorrido empieza en el barrio de El Santo, al lado de la Ermita que le da nombre, y acaba al lado del viejo apeadero de la desaparecida línea a Calatayud (actual Vía Verde). Para levantarla se hicieron sendos terraplenes, reforzados con piedra, y en el tramo central se abrió un arco de obra, de medio punto, bajo el cual sigue pasando el tren. Apenas ha sufrido modificaciones hasta hoy, hasta el punto que aún mantiene las oxidadas (y maltrechas) barandas originales.
Después de 90 años la Rampa sigue funcionando, pero es justo recordar que en buena parte existe a raíz del trágico suceso de Francisco Rando, quien obtuvo relevancia a nivel local como concejal; pero su nombre permanece ligado al accidente que lo mató a los 49 años de edad. Una tragedia, indisociable de la Rampa, que propiciaría su construcción.