La Tajadera (núm. 64-65), noviembre de 2024
El 16 de junio de 1948 la Virgen de Fátima estuvo en Fuentes Claras. No fue una aparición, ni es una leyenda: es un hecho verídico, aún recordado y que tiene su historia.
A mediados de 1948 tuvo lugar en España el llamado “itinerario de peregrinación” de la Virgen de Fátima, en un marco histórico y político propicio a este tipo de actos de fervor religioso que el régimen franquista impulsaba bajo la doctrina oficial del nacional-catolicismo y que reforzaba el vínculo con la vecina dictadura de Portugal, país de origen de la imagen. España fue el primer país que visitaba la Virgen, que no era la original, sino una réplica: la Virgen Peregrina, tallada en 1947, que desde entonces realizó numerosos viajes de este tipo por todo el mundo.
El 24 de mayo de 1948 la imagen llegó a Madrid y desde allí recorrió el país por carretera en un sencillo carro o furgoneta, con estancias que iban entre varios días en grandes ciudades o unas horas en el caso de los pueblos. En Aragón, la Virgen llegó a Zaragoza el 30 de mayo de 1948 y recorrió territorio aragonés durante mes y medio. La comitiva visitaba tres pueblos diarios en turnos de mañana, tarde y noche, donde era recibida solemnemente y permanecía varias horas en cada lugar. En el trayecto atravesó muchos municipios que no visitó, pero cuyos habitantes sí acudían a la localidad “donde la Virgen se detenía”.
Un acto de estas características obligaba a que fuera una jornada festiva en que se implicara toda la población, procurando rivalizar con los pueblos vecinos e intentando mostrar la máxima adhesión posible al fervor católico, de acuerdo con un discurso oficial que entonces era obligado seguir. Así, el 14 de junio la imagen llegó a la provincia de Teruel desde Daroca y visitó los pueblos de San Martín del Val, Báguena y Burbáguena; al siguiente lo propio en Calamocha, Bello y Odón. Y el día 16 la visita correspondió a Fuentes Claras, que para la ocasión engalanó sus principales calles con arcos, guirnaldas y letreros alusivos para conmemorar la visita.
A primera hora de la mañana las autoridades locales y el párroco se desplazaron hasta el final de la calle San Roque, punto de acceso al pueblo desde la carretera general. Eran las nueve de la mañana cuando un grupo de ciclistas anunciaron su llegada, avanzándose a la comitiva. La Virgen de Fátima fue recibida con ovaciones y cantos de bienvenida, para desde allí dirigirse en procesión a la Plaza, frente al Ayuntamiento. Allí se realizó la recepción oficial, el párroco pronunció el discurso oficial de bienvenida a la Virgen y ofició la misa de rigor.
Después todo el mundo desfiló hasta la Iglesia parroquial, donde se oficiaron diversos actos de homenaje a la Virgen, seguidos por todo el pueblo y con visitantes de pueblos cercanos. A las 15.30 horas los fuentesclarinos despidieron la Virgen, que puso rumbo a Caminreal y terminó su periplo diario en Bañón. Desde allí continuaría su camino por la provincia hasta el 6 de julio, en que llegó a la Puebla de Híjar y pasó a la provincia de Zaragoza, retornando a la capital aragonesa el 11 del mismo mes.
La visita de la Virgen de Fátima a Fuentes Claras fue un hecho inolvidable para los fuentesclarinos. Fue algo vivido con emoción y como un privilegio, que por unas horas hizo que el pueblo fuese el centro del orbe cristiano gracias a la presencia de una de las advocaciones más populares del mundo, dejando aparte las connotaciones políticas e ideológicas que rodeaban su llegada.