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353. Los manantiales de Fuentes Claras

La Tajadera (núm. 45), febrero-marzo de 2023

Los manantiales de Fuentes Claras El subsuelo de Fuentes Claras está surcado por numerosas corrientes de agua subterráneas, lo que sin duda tuvo que ver con el nombre de la población cuando nació a principios del siglo XIII. Dichas corrientes llegan puntualmente a la superficie a través de ojos o surgencias, originando manantiales que propician el riego mediante canales o acequias y el suministro de agua potable para el consumo humano de manera natural, a través de fuentes o de las pesqueras. La cultura del agua tiene un peso fundamental en la historia de Fuentes Claras, pues está presente en cualquier lugar, aunque no siempre salte a la vista.

Tres son los principales manantiales del pueblo: la Fuente Ampón, la Fuente del Cubo y la Fuente de los Cuadrones. Los tres están situados en las afueras y ubicados en el margen derecho del Jiloca.

La Fuente del Cubo está situada al norte del pueblo. La descarga se recoge mediante una arqueta de hormigón formando una pequeña charca, alimentando una acequia que reconduce el agua hasta el Lavadero del Cubo, situado al lado. Desde allí una acequia natural la conduce hasta el denominado estanque de los patos y el otro lavadero del pueblo: el del Chopo, ya en el casco urbano. De allí, transita hasta el Jiloca.

Después, la Fuente Ampón está situada a unos 200 metros al sur del casco urbano. La surgencia no tiene acondicionamiento y el agua se incorpora directamente a una acequia, que también transporta retornos de riegos y conduce el agua hasta el río.

Finalmente, la Fuente de los Cuadrones se sitúa al sureste del núcleo urbano, a apenas 250 metros de la carretera general. El agua emerge en varios puntos y origina una acequia en cauce natural que desemboca en el Jiloca.

Hay otros manantiales menores, canalizados como fuentes para el consumo humano. Tenemos la de la Ermita de la Virgen de los Navarros o en la calle la Fuente, así como otras como el caño Mana, Hondoneras, Cantalobos o la del Escorial, de agua caliente y salada, de la que se dice que tiene propiedades curativas.

Los manantiales propician gran cantidad de agua, que canalizada mediante acequias y canales (y un gran depósito, construido hace pocas décadas) permite abastecer de agua toda la zona sin depender de la climatología. Por ello los regadíos de Fuentes Claras son extraordinariamente fértiles gracias a su subsuelo, que permite no depender de lluvias o del cauce del Jiloca, ya de por sí abundante.

Hay que distinguir los manantiales de los acuíferos aluviales en superficie. Los primeros emanan del subsuelo, es agua pura y brota todo el año; los segundos provienen del río, cuyo caudal depende de las lluvias del momento y recibe aguas de regadío u otras de residuos domésticos o agrícolas que contaminan su composición.

En cuanto a su composición química, predominan el calcio y magnesio, y en menor cantidad sodio y potasio, lo cual la hace totalmente apta para el consumo humano e incluso su explotación como agua mineral embotellada. Por otro lado, la temperatura a la que emerge es técnicamente fría (entre 13 y 17 grados), pero podría tener perfectamente usos termales. El gran caudal y las características isotópicas del agua permitirían usarla con fines medicinales en instalaciones hidrotermales, como las existentes en Paracuellos, Alhama de Aragón o Jaraba.

Para ello sería necesario captar el agua en profundidad mediante sondeos y aislarla de los acuíferos formados por regadíos o vertidos del pueblo para evitar su contaminación. Allá donde se mezcla con aluviales y regadíos en superficie muestra elevadas concentraciones (sulfatos, cloruros, amoníaco y nitritos), lo que haría inviable su uso medicinal o como agua embotellada. 

En suma, de los manantiales de Fuentes Claras brotan aguas absolutamente aptas tanto para consumo humano como para usos hidrotermales. Debido a sus características y al enorme caudal que atesoran sería perfectamente viable algún tipo de explotación más allá del abastecimiento para el riego y el consumo humano que diversificase la economía local, aunque hasta la fecha no se ha concretado.