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327. El Camino Real a su paso por Fuentes Claras

La Tajadera (núm. 41), septiembre de 2022

Desde época romana han existido vías de comunicación que atravesaron el territorio de la provincia de Teruel. La más conocida fue la calzada entre Bilbilis (hoy Calatayud) y Saguntum (Sagunto); pero ha habido otras de importancia similar, como la conexión entre Teruel y Zaragoza a través del corredor geográfico natural que atraviesa la provincia, discurriendo al lado del Jiloca y luego atravesando el Campo de Romanos en dirección a la capital aragonesa.

En la Edad Media esta vía cobró gran importancia. Fue conocida como Camino Real y a lo largo de su recorrido nacieron numerosos pueblos, fruto del intenso trafico generado. También era descrito como “camino general de ruedas”, dada su idoneidad para el tránsito de carros y el transporte de mercancías.

El Camino Real estuvo muy transitado hasta finales del siglo XIX. Luego cayó en desuso al construirse la nueva carretera de Sagunto a Burgos (actuales N-330 y N-234), que fue trazada a su lado e incluso tomó varios de sus tramos, dejando al Camino Real mutilado y obsoleto. Luego la Autovía Mudéjar aprovechó su mismo recorrido, lo que supuso la desaparición de más tramos.

Hoy sobreviven algunos trozos reducidos a caminos de tierra, sin importancia aparente. La N-330, la N-234 y la Autovía han tomado el relevo de la que fue importante vía de comunicación de la provincia durante siglos, hasta relegarla al olvido.

Uno de los tramos supervivientes más largos del Camino Real se encuentra en Fuentes Claras. En su término municipal se conserva el trazado entero, que discurre en paralelo entre la N-234 y la Autovía. Varios de los caminos se cruzaban con el Camino Real en las afueras y en sus cruces surgieron elementos de gran importancia en la vida social y económica del pueblo.

Así, en dos de los cruces vemos unas ruinas: se trata de dos ventas, caseríos alejados del casco urbano destinados a la parada, descanso y alojamiento de viajeros, comerciantes y carros de transporte. Una venta, dividida en dos cuerpos, se sitúa en el cruce del camino a Bañón; la otra, en el camino que desemboca en la carretera N-211 hacia Montalbán. Ambas constaban de vivienda, cuadras, parideras, pajar, corral, almacén y pozo propio. El estado de ambas, hoy abandonadas, evoca el dinamismo que el Camino Real generaba a su paso por Fuentes Claras durante siglos. Luego del trazado de la nueva Carretera General perdieron lentamente su razón de ser, hasta desaparecer.

En un tercer cruce, en el camino hacia Rubielos de la Cérida, se halla el principal testimonio del paso del Camino Real. Allí fue levantada la Ermita de la Virgen de los Navarros, ubicada en dicho punto para quien quisiera hacer un alto en el camino para descansar, rezar o encomendarse a la Virgen; además de refrescarse en la fuente que a su lado se hallaba. Recordemos que la Ermita había sido conocida antes como de la Virgen del Camino, en referencia al Camino Real a cuyo lado fue construida.

Yendo hacia el sur, ya en Caminreal, el vial se une con la N-234 para convertirse en la principal calle del municipio: la Calle Real. Mientras, por el norte y ya en Calamocha, la vía desapareció al trazarse la nueva Autovía. Por tanto, Fuentes Claras conserva íntegro su tramo del Camino Real, cuyo origen medieval (y posiblemente también romano) es elemento de gran valor histórico y patrimonial que merece ser conservado. La Ermita es la herencia más destacada de su existencia, pero las ventas no le pudieron sobrevivir.