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271. Notas para una historia del fútbol femenino balear. El campeonato de 1971

Cuadernos de Fútbol (núm. 132), 1 de junio de 2021

Introducción

Este trabajo se plantea como un complemento a los artículos publicados en dos números de Cuadernos de Fútbol, los cuales recogían los principales avatares del fútbol femenino balear desde sus inicios hasta la actualidad. Como quedó plasmado en dichos artículos, el fútbol femenino en Baleares ha tenido dos principales etapas de actividad: una en los años 80 (núm. 101) y otra desde 1996 hasta nuestros días (art. 103). Antes de 1980 se dieron intentos de carácter aislado, que no llegaron a prosperar ni dar paso a movimientos de gran calado.

Sin embargo, quedaba pendiente de análisis una etapa que, a pesar de su brevedad aparente, fue más allá de algún partido aislado y que pudo sentar las bases de una competición que, finalmente, no prosperó. Se trata del proceso vivido a principios de los años 70, coincidente en el tiempo con el movimiento vivido en el resto del país y con evidentes similitudes en su origen, desarrollo y desaparición. En Baleares dicho movimiento se manifestó principalmente en Mallorca y, en menor grado, Ibiza. En cuanto a Menorca y Formentera no consta, hasta el momento, que hubiese movimiento alguno.

Por tanto, el artículo no es continuación de los dos anteriormente publicados, sino que completa la panorámica trabajando un episodio puntual pendiente de investigación y que por su peso específico merecía una revisión en detalle, crucial por lo que logró y cuya importancia se había olvidado por el paso del tiempo. Ahora, cuando se cumplen cincuenta años de aquellos hechos, cabe hacer una reivindicación de aquellas futbolistas pioneras a pesar de que sus esfuerzos no consiguieron levantar una competición en firme, tal como la que hoy conocemos.

Primeros pasos. Virgen de Lluc y la Soledad

A finales de 1970 encontramos en Baleares los primeros movimientos encaminados a la gestación de una competición futbolística femenina. Estos se dan en la capital y llegan a partir de una modesta barriada de la capital, Palma: Virgen de Lluc, humilde barrio residencial construido a mediados de los años 50 del siglo XX como viviendas de protección oficial y poblado por residentes de raíz obrera e inmigrante. Allí, como una de sus principales manifestaciones de organización social, nació en los años 60 el Club de Fútbol Virgen de Lluc, presidido por José Sempere Alfonsea (quien luego daría nombre al campo de fútbol del barrio).

El primer equipo masculino del CF Virgen de Lluc empezó a competir en 1969 y paralelamente la entidad desarrolló un dinámico fútbol base. Por ejemplo, en agosto de 1970 el club organizó un torneo juvenil en el que participaron primeros espadas del fútbol nacional como FC Barcelona y Atlético de Madrid, además de los locales SD la Salle y el mismo Virgen de Lluc.

Pero es que, además, pese a su entonces breve historia y merced a su empuje, el CF Virgen de Lluc mostró una visión moderna y transgresora del balompié de la que hasta entonces el resto de clubes baleares carecían. Así, en diciembre de 1970 formó su equipo femenino, siendo receptivo a los vientos de modernidad que recorrían el país. Una iniciativa que nadie más en el archipiélago balear había llevado a cabo, convirtiéndose así en club pionero del fútbol femenino insular y depositario de una fiebre que en el resto del país no dejaba de crecer.

En el mismo mes de diciembre surgió otro equipo femenino. Fue también en Palma y en un barrio obrero, la Soledad, formando parte del principal club de la barriada: el Club Deportivo Soledad, fundado en 1930 y hoy desaparecido. El grupo ya estaba formado, se trataba de una plantilla de trece jóvenes de entre 14 y 18 años que esperaba empezar a entrenar. Una de sus jugadoras más destacadas era Catalina Calvo, hija del entonces entrenador del CD Soledad masculino, José Calvo. Por tanto, los vínculos familiares fueron clave para el impulso y formación del equipo soledista.

El naciente conjunto se autosignificó desde su nacimiento como rival del CF Virgen de Lluc, de lo que se deduce que a finales de 1970 las de Virgen de Lluc ya eran el equipo de referencia y que de momento eran las únicas formaciones existentes.

Primeros partidos

Primer amistoso de impacto
Según la prensa local, a principios de 1971 ya se habían jugado algunos partidos. Todos ellos de carácter amistoso, pues seguía sin haber competición oficial alguna. Pero habían pasado prácticamente desapercibidos y poco más que como meros entrenos y probaturas de un fenómeno balbuceante, visto como exótico y hasta pintoresco. Faltaba organizar un partido de impacto, con suficiente apoyo mediático y público asistente, para darle suficiente entidad como fenómeno deportivo.

Era inevitable que tarde o temprano se concertara algún partido de relumbrón para medir fuerzas. Y así fue. A finales de diciembre ya se planificaba que CF Virgen de Lluc y CD Soledad se enfrentasen en un partido benéfico, pero no en un lugar cualquiera, sino en el campo del RCD Mallorca: el Estadio Lluís Sitjar. En esta iniciativa tuvo un papel de peso el Diario de Mallorca, medio escrito que destacó por cubrir las evoluciones del fútbol femenino y el debate entorno a dicho fenómeno, significándose por encima del resto de medios, que poco o nada noticiaron acerca de las mujeres del balompié.

Este partido gozó con antelación de una cobertura suficiente gracias a los medios de comunicación mencionados, iba a tener carácter benéfico y se celebraría en un lugar de privilegio, el Lluís Sitjar. Se fijó para el 6 de enero, aunque fue aplazado para que el conjunto mallorquinista jugara un partido de Copa del Generalísimo aplazado contra el Real Murcia. El entonces presidente del RCD Mallorca, Guillem Ginard, ponía todas las facilidades para que el partido femenino se pudiera disputar.

El 20 de enero de 1971, festividad local de San Sebastián, se jugó en el Lluís Sitjar de Palma el partido CF Virgen de Lluc-CD Soledad. El saque de honor lo hizo la Miss España y Miss Europa 1962, Maruja García Nicolau, y para evitar que el cansancio les pasase excesiva factura se jugaron dos partes de 30 minutos en lugar de los 45 habituales. El partido acabó en empate (1–1), con goles de Maria Campos (Virgen de Lluc) y autora desconocida, de penalti (Soledad). Hubo tanda de penaltis de desempate, en la que se impuso el CF Virgen de Lluc (3–0). Hubo trofeos para ambos conjuntos, patrocinados por varios comercios y el Diario de Mallorca, patrocinador principal. Se recaudaron 76.000 pesetas en taquilla, que fueron destinados al Asilo-Centro de Recuperación San Juan de Dios, por lo que podemos decir que fue un éxito de público.

En la misma noticia se informó que, a raíz del éxito obtenido, se preveía organizar una liga femenina en la que, además de CD Soledad y CF Virgen de Lluc, participarían otros equipos ya existentes en la Colonia de Sant Jordi (Ses Salines), Sant Joan y Capdepera. Aunque nada de esto se confirmó a corto plazo, sí se daba a entender que había nuevos equipos en formación y que la idea de una liga femenina no quedaba tan lejos. Simplemente, era demasiado pronto.

Después del partido el devenir de los equipos protagonistas fue dispar. Mientras el CF Virgen de Lluc se confirmó como el equipo de referencia del fútbol femenino balear, el CD Soledad apenas duró unas pocas semanas hasta desaparecer.

Segundo amistoso de impacto
A raíz de un fenómeno que llamaba la atención de propios y extraños en toda España, tres semanas después se organizó otro partido a lo grande. Esta vez en el otro gran campo de la ciudad: el Estadi Balear, propiedad del CD Atlético Baleares. Se fijó para el 7 febrero y volvía a repetir el CF Virgen de Lluc, ya confirmado como adalid del fútbol femenino territorial.

Pero el rival fue un equipo peninsular: el Racing de Valencia, conjunto que no era un cualquiera. Fundado a finales de 1970, acababa de participar en la Copa Fuengirola Costa del Sol con el Peña Femenina Barcelonista (vinculada al FC Barcelona), Sizam Paloma (Madrid) y Polideportivo Fuengirola. Este torneo fue considerado como el primer campeonato oficioso disputado en España y por tanto era un rival de peso. En su plantilla jugaba, entre otras, Carmen Arce, Kubalita, quien llegaría a hacer carrera en el extranjero como portera.

Como en el primer partido, el partido gozó de una cobertura mediática envidiable. El saque de honor lo hicieron figuras de relumbrón: los componentes del grupo musical Fórmula V. Y para sorpresa de propios y extraños, las mallorquinas mostraron un nivel de juego suficientemente maduro como para imponerse al Racing (2–1), remontando un 0–1 adverso y con goles de Monserrat a pase de Campos (ambas jugadoras habían destacado desde el inicio como las mejores de su equipo). Sin duda el CF Virgen de Lluc continuaba progresando; además preveía jugar más partidos en los pueblos de Mallorca, en donde las solicitaban para jugar con nacientes conjuntos locales.

Extensión del movimiento. Nuevos equipos

Hasta ese momento el fenómeno había sido sobre todo urbano y protagonizado por dos equipos, uno de los cuales además desapareció al poco tiempo. Pero durante los primeros meses de 1971 el movimiento se extendió más allá de Palma y se generalizó en los pueblos de Mallorca, de donde pronto surgirían noticias de bisoños conjuntos de jugadoras que soñaban con a entrenar y jugar partidos, emulando la consolidada competición masculina.

En unos casos las iniciativas darían lugar a equipos con aspiraciones competitivas; en otros quedaría en un simple intento que no iría más allá de varios entrenos y algún partido informal, sin llegar a más. Todo ello sería el germen de una competición oficial más adelante, organizada a mediados de año por la Federación Balear de Fútbol; pero no adelantemos acontecimientos.

Casos frustrados
Aparte de los movimientos iniciales reseñados en enero en la Colonia de Sant Jordi (Ses Salines), Sant Joan y Capdepera, posteriormente fueron apareciendo señales de otras iniciativas locales que evolucionarían con desigual suerte. Veamos algunos intentos que no fueron más allá.

En Andratx, desde febrero había un grupo de chicas entrenando. La maduración del grupo fue lenta y hasta mayo no disputó, por fin, varios encuentros. A finales de dicho mes jugó dos partidos contra el CD Tagomago (Palma), ganándolos ambos (3–1 y 2–0), aunque no hay señales de más partidos desde entonces.

En Manacor, durante marzo se enfrentaron en el campo municipal los cursos de cuarto y quinto de bachillerato del Colegio la Pureza, y simultáneamente empezó a entrenar el equipo del Perlas Manacor (factoría de perlas local), con veinte jugadoras. Pero en ninguno de los dos casos se derivó en la creación formal de un equipo.

En Son Ferriol, barrio de Palma, durante marzo hubo entrenamientos de un grupo de chicas, pero no llegó a más. Y en Artà, el 2 de mayo hubo un partido entre dos equipos locales, infantiles y juveniles, que tampoco tuvo continuidad.

Finalmente, entre abril y mayo tenemos noticias de la actividad del CD Tagomago (Palma). En la imagen que acompaña estas líneas vemos, a diferencia del resto de conjuntos, que estaba formado por mujeres de cierta edad. Su nombre, evocador de una importante sala de fiestas palmesana en aquellos años, parece indicar una vinculación con dicho local y que su propósito era más lúdico y festivo que otra cosa. Tal vez por ello no llegó a participar en la competición oficial, a diferencia del resto.

Casos que prosperaron
Por otro lado, tenemos iniciativas que tuvieron un recorrido mucho más reseñable.

A finales de febrero surgió el AF Coll. Su primer partido fue en Marratxí, el 28 de febrero, contra el CF Virgen de Lluc, y según la prensa el novel conjunto fue literalmente arrollado. Apenas hay noticias, pero consiguió mantenerse hasta participar en el campeonato oficial de la Federación. Posteriormente trocó su nombre por el de Atlético Coll y podría proceder del barrio palmesano del Coll d’en Rebassa.

Otro lugar en el que también se consolidó un buen equipo fue el pueblo de Mancor de la Vall. El 11 de abril se jugó el partido de presentación del equipo local, integrado dentro de la infraestructura deportiva del CD Montaura local.

El encuentro enfrentó a las locales y al CD Tagomago (Palma), con victoria para las anfitrionas (1–0), adjudicándose el trofeo en litigio. Se preveía jugar el partido de vuelta el primero de mayo en el campo del CF Palma, de cuyo resultado carecemos. El CD Montaura cuajó de tal manera que llegó a participar en el campeonato oficial de la Federación Balear.

Finalmente, reseñar el caso de la UD Colonia. Este conjunto debía ser el conjunto ya mencionado en enero, después del amistoso CF Virgen de Lluc-CD Soledad, formado en la Colònia de Sant Jordi (Campos). Todavía tenemos muy pocas noticias de su evolución, y a pesar de caer rotundamente contra el CD S’Horta en marzo (0–4) persistió hasta formar parte del campeonato oficial de la Federación Balear.

Casos reseñables
Hay tres equipos que, por su significado, merecen ser destacados.

Hacia febrero, en S’Horta (Felanitx) surgió un conjunto femenino vinculado al club local, el CD S’Horta. Sus primeros encuentros fueron contra el equipo de referencia del fútbol insular, es decir, el CF Virgen de Lluc. Como era habitual en este tipo de amistosos, se concertó a doble partido en los campos respectivos.

El primer encuentro se jugó el 23 de febrero en el Estadi Balear de Palma y el resultado fue rotundo a favor de las palmesanas (3–0); algo normal, pues eran el equipo más potente y rodado. La vuelta se jugó en Sa Pobla el 21 de marzo, y hubo sorpresa: el partido acabó en empate (1–1) y en los penaltis se impuso el CD S’Horta. Este fue un hecho muy comentado, pues el CF Virgen de Lluc se había mantenido hasta entonces imbatido.

Hacía falta un tercer partido para deshacer el desempate, que se jugó el 28 de marzo en el campo parroquial de S’Horta. Cuando el partido iba 0–1 para las visitantes se armó una tangana entre jugadoras y en el público que obligó a parar el partido. Ya no se reanudó y a raíz de estos hechos el CD S’Horta no volvió a jugar. Aún tenían pendiente jugar el partido de vuelta con otro equipo en ciernes: la UD Colonia, y también como locales (en la ida habían ganado ampliamente por 0–4), pero también se canceló y el equipo desapareció.

El CD S’Horta fue un equipo tan potente como fugaz (dos meses de vida) y ha pasado a la historia como el primero que logró batir la hegemonía del primer dominador del fútbol insular, el CF Virgen de Lluc. De no haber desaparecido tan pronto seguramente hubiera participado en el campeonato oficial de la Federación Balear, con un papel más que destacable.

En segundo lugar tenemos a los protagonistas de un partido amistoso disputado el 2 de mayo en el Estadi Balear. Así, entre abril y mayo se celebraron diversos actos polideportivos conmemorativos del Primero de Mayo organizados por Educación y Descanso, la rama deportiva de la Obra Sindical del régimen franquista. Contra lo que pueda pensarse, ésta no permaneció ajena a este movimiento.

En dicho partido se enfrentaron, por un lado el CD Chile, equipo femenino formado e integrado dentro de la estructura de Educación y Descanso. Y por otro lado el CD Constancia, nuevo equipo y sección del histórico club de la ciudad de Inca, fundado en 1922. Se impuso el CD Chile (1–0) y ambos equipos recibieron trofeos de la Obra Sindical Balear.

Ambos equipos tienen un componente histórico importante. Es significativo que dentro de la ya anquilosada estructura sindical del régimen surgiera un equipo femenino, cuando la Obra Sindical había limitado la participación deportiva de la mujer a deportes considerados “aptos” y “acordes con la feminidad de la mujer”, y el fútbol nunca se encontró entre ellos. Esto da la medida de la transversalidad que estaba logrando este fenómeno deportivo, el cual alcanzaba a todo tipo de sectores y sensibilidades.

El caso del CD Constancia también era crucial. Suponía que un club histórico de la isla (el de mejor palmarés, después de los dos equipos de la capital, RCD Mallorca y CD Atlético Baleares) acogía una sección femenina que, además, logró alcanzar como equipo un buen nivel deportivo y plantar cara a las capitalinas del CF Virgen de Lluc. De este modo ambos equipos representarían la rivalidad Palma-pueblos, tan habitual en la sociología mallorquina en muchos otros campos, y se sentaban las bases para generar una competición basada en rivalidades ya consolidadas y fácilmente asumibles por el aficionado de a pie.

Tercer amistoso de empaque
Tras los partidos disputados en los dos grandes campos de Palma (Lluís Sitjar y Estadi Balear), el 25 de abril se jugó un tercer amistoso de importancia. El protagonista fue el CF Virgen de Lluc, indiscutible dominador del fútbol femenino de la isla, y su rival otro equipo valenciano: el Valencia CF (nada que ver con el club homónimo masculino, pese a la similitud). Se jugaría nuevamente en el Lluís Sitjar.

En este caso el envite no era benéfico, sino telonero del partido masculino de Primera División RCD Mallorca-Valencia CF, con lo que se garantizaba una asistencia de público mayor y se intentaba abandonar el planteamiento del fútbol femenino solo como una exhibición excepcional o para fines caritativos. Se impusieron las valencianas (1–2) en lo que fue la primera derrota del CF Virgen de Lluc, que hasta entonces sólo había perdido contra el CD S’Horta en los penaltis.

Excursión a la península
A principios de mayo el CF Virgen de Lluc dio un salto cualitativo. En lugar de traer un equipo foráneo se trasladó a la península para participar en el torneo de Catarroja (Valencia). Esta fue su primera excursión fuera del archipiélago y mostraba que el equipo palmesano ya disfrutaba de cierta reputación como equipo de nivel más allá de las Baleares.

Así, participó en el triangular jugado entre el equipo local, el Sporting de Catarroja, además del Valencia CF y el mismo CF Virgen de Lluc. En el primer partido el Virgen de Lluc se impuso al Sporting de Catarroja (3–2) y el Valencia CF no se presentó a jugar sus partidos, lo cual dio el triunfo a las palmesanas. Se preveía desde allí realizar una excursión a Santa Pola (Alicante), para jugar otro torneo, pero no hay noticias de tal extremo.

Movimientos en Ibiza

Los movimientos no fueron exclusivos de Mallorca. En Ibiza también se registran movimientos desde febrero de 1971. Así fue organizado el I Trofeo Insular Femenino, jugado durante las fiestas patronales de Santa Eulària des Riu entre la Peña Deportiva local y la SD Portmany (12 de febrero); el Trofeo Linares, en Sant Antoni de Portmany, entre los mismos equipos; o un amistoso (7 de marzo) en la capital ibicenca entre el CF Hospitalet y el SD Portmany. En todos los casos hay un equipo que siempre repite: la SD Portmany, que sería el más activo y regular durante este tiempo en la pitiusa mayor.

Llama la atención que en Ibiza los principales clubes de la isla, punteros deportivamente, acogieron a los nuevos equipos femeninos: SD Portmany (Sant Antoni), Peña Deportiva (Santa Eulària) y CF Hospitalet (Eivissa), además de estar repartidos por toda la geografía insular. Únicamente la SD Ibiza, entonces el club más representativo de la isla, se mantuvo al margen del fenómeno.

Primer torneo interinsular
A causa de la actividad surgida tanto en Mallorca como en Ibiza y después de la disputa del primer partido contra un equipo peninsular en febrero (Racing de Valencia), era inevitable que surgiera alguna iniciativa para medir fuerzas entre islas. Así surgió la iniciativa del trofeo patrocinado por el semanario deportivo Mallorca Deportiva, que jugaron CF Virgen de Lluc y SD Portmany, entonces los equipos abanderados y más representativos de sendas islas.

En la ida, jugada el 18 de abril, las mallorquinas se impusieron en Sant Antoni de Portmany (1–4) y del segundo no tenemos datos, aunque dado el resultado de la ida es más que probable que las mallorquinas se adjudicasen el torneo.

Posible Liga española
Durante mayo se hablaba de una posible liga de fútbol femenino a España. Una propuesta que el Valencia CF llevaría a la próxima asamblea nacional de clubes de la RFEF y que podía acabar con la formación de una Primera División y, según la demanda existente, de una Segunda y Tercera. Sería el primer campeonato de liga nacional disputado en suelo patrio. Pero no hubo más movimientos y la competición nacional no se organizó.

Primer campeonato oficial balear

En mayo el buen momento del fútbol femenino local era patente. Y como comentábamos antes, atendiendo a la cantidad de equipos existentes y los amistosos o pequeños torneos a doble (o triple) partido que entonces se disputaban, la Federación Balear de Fútbol decidió organizar un campeonato oficial.

El 7 de mayo la FBF publicó una nota en medios escritos para que las entidades interesadas en el tema se personaran en los locales federativos. El llamamiento surtió efecto, pues a los pocos días el ente federativo pudo presentar públicamente el primer campeonato oficial de fútbol femenino. Se apuntaron seis equipos y el calendario fue publicado en prensa una semana después, el 15 de mayo.

La competición distribuyó la competición en dos grupos con criterios geográficos. En el Grupo A, equipos de Palma: CF Virgen de Lluc, CD Chile y Atlético Coll; en el Grupo B, equipos de los pueblos: UD Colonia (Ses Salines), CD Constancia (Inca) y CD Montaura (Mancor).

La primera vuelta se concertó del 16 al 30 de mayo y la segunda para los días 6, 13 y 20 de junio, aunque esta última no se jugó al final. La fase final enfrentaría a los campeones de ambos grupos.

Grupo A
(16 mayo) V. Lluc – At. Coll (3–0)
(23 mayo) V. Lluc – Chile (6–0)
(30 mayo) Chile – At. Coll

Grupo B
(16 mayo) Constancia – Montaura (empate)
(23 mayo) Colonia – Constancia
(30 mayo) Montaura – Colonia

Final
(27 junio, Lluís Sitjar) V. Lluc – Constancia (3–2)

Salvo los guarismos del CF Virgen de Lluc, que demostraban una superioridad incontestable sobre el resto (salvo en la final) carecemos del resto de resultados, dada la escasa o nula cobertura ofrecida por los medios.

Los equipos de los pueblos (UD Colonia, CD Constancia y CD Montaura) eran secciones de clubes masculinos ya existentes en la Colònia de Sant Jordi, Inca y Mancor de la Vall, respectivamente, y jugaban en sus mismos terrenos de juego.

En cuanto a los conjuntos palmesanos, había de todo. El CF Virgen de Lluc había nacido al amparo del club masculino, como es sabido; el CD Chile era un equipo de Educación y Descanso y no sabemos más de sus orígenes; en cuanto al Atlético Coll (antes AF Coll) parece clara su procedencia del barrio del Coll d’en Rebassa. En lo que respecta a los terrenos de juego, el partido CF Virgen de Lluc-CD Chile se jugó en el Estadio Balear y no sabemos los otros dos.

El campeonato agrupó a casi todos los equipos femeninos entonces en activo y mínimamente organizados. Se quedaron fuera, al menos, el CD Tagomago (Palma) y el Andratx. El CD S’Horta, como comentábamos, había desaparecido.

Final del campeonato. CF Virgen de Lluc, campeón
Antes de la final del campeonato, el 6 de junio se celebró en el Lluís Sitjar el I Maratón Futbolístico Internacional con la disputa durante catorce horas consecutivas de varios partidos consecutivos de carácter benéfico. Jugaron veteranos, juveniles, regional, fútbol de empresas y otras combinaciones (incluido un estrafalario partido entre finolis y folklóricas, cuya capitana era nada menos que Lola Flores), para acabar con un RCD Mallorca-Standard de Lieja.

Entre ellos se jugó un partido entre las finalistas del campeonato de liga femenino, CF Virgen de Lluc y CD Constancia, que acabo con victoria de las primeras (2–1) y que fue preparatorio de la final disputada poco después.

Al fin, el 27 de junio de 1971 se jugó la final del campeonato femenino de Mallorca, también en el Lluís Sitjar. Tuvo lugar después del tradicional partido entre periodistas de prensa y de radio, disputado anualmente. Se impuso el CF Virgen de Lluc al CD Constancia (3–2), y pese a ser favoritas las palmesanas se impusieron remontando un 0–2 adverso, proclamándose así campeonas de la primera liga oficial de fútbol femenino. Por desgracia no habría una segunda hasta años después.

Como anécdota, disponemos de las alineaciones de ambos equipos en la final. Por el CF Virgen de Lluc (Palma): Marilyn, Sara, Jiménez, Sánchez, Ramírez, Valades, Monserrat, Alemany, Campos, Oliva y Font. Por el CD Constancia (Inca): Amengual II, Ramis, Aloy, Cerdà, Rosselló, Fuster, Mita, Merino, Morro, Amengual y Coll.

Entrevista a la Zarra femenina
Fruto de la euforia del momento, el 28 de mayo el Diario de Mallorca publicaba una entrevista a la jugadora más destacada del momento: Maria Campos, del CF Virgen de Lluc, bautizada por el rotativo como “la Zarra femenina” por sus espectaculares números como goleadora: 26 goles en 13 partidos, es decir, una media de dos goles por encuentro.

El medio apuntaba, además, que el CF Virgen de Lluc solía jugar sus partidos como local en el Estadio Balear. En aquel momento (28 de mayo) llevaba un total de 14 encuentros jugados.

Otros amistosos

Paralelamente a la disputa del campeonato oficial de la Federación Balear se siguieron jugando otros partidos, indicativos de la buena salud del fútbol femenino en ese momento. Reseñamos algunos que recibieron una cobertura informativa reseñable.

En mayo, en el Estadio Balear, se jugó un partido entre el CD Chile, también de Educación y Descanso, y el CD Tagomago (1–0). Se disputó previamente al amistoso entre los equipos masculinos Juventus Barbarela, equipo de Educación y Descanso (campeón de Baleares de 1971), y el alemán BSG Kofus. Su disputa en el Estadio Balear indica que el fútbol femenino mantenía su lugar en escenarios de primera línea, incluso en partidos que no formaban parte del campeonato oficial recientemente celebrado.

El 20 de junio, en Pollença se jugó un partido entre el CD Montaura y el Atlético Coll (Palma) (3–1). Eran equipos del campeonato oficial recientemente finalizado y, por tanto, de un nivel que iba más allá de una pachanga de solteras contra casadas.

Partidos estivales de fiestas
Durante el periodo estival cesó la competición oficial y llegaron las fiestas a los diferentes pueblos de la geografía mallorquina. Como no, entre los actos deportivos habituales se coló la novedad del momento y se programaron varios partidos de fútbol femenino. Destacamos aquellos en los que participaron los principales equipos del momento, descartando las formaciones improvisadas tan habituales en este tipo de festividades.

El 11 de julio, en Bunyola, se programó la presentación del equipo femenino de la localidad con un partido previo a la final del I Trofeo Quintos Bunyola de fútbol masculino. Iban a enfrentarse las locales (sin nombre definido) contra el CD Constancia, finalista del campeonato oficial.

El 18 de julio, durante las fiestas de Santa Maria del Camí, se programó un partido entre el CD Chile y el CD Montaura. Un detalle importante a señalar: la prensa indicó que el CD Chile era entonces un equipo filial del CD Atlético Baleares, detalle del que no hemos encontrado más datos y, en caso de no ser una errata, la supuesta vinculación no fue a más.

El 24 de agosto, durante las fiestas de Capdepera, se programó un partido entre el CF Virgen de Lluc y el CD Constancia. Se impusieron las de Palma (1–0).

Finalmente el 5 de septiembre, durante las fiestas de Lloseta, se preveía un partido entre el CD Constancia y el CD Montaura.

Crisis del movimiento

En otoño de 1971, reanudada la competición y pasadas las fiestas estivales, el impulso del fútbol femenino empezó a mostrar síntomas de flaqueza. Después de la celebración del campeonato oficial a mediados de año no se organizó otro similar y la actividad seguía circunscrita a pequeños torneos organizados por los mismos equipos, de manera informal y sin regularidad.

A finales de noviembre la Federación Balear de Fútbol convocó en nota oficial publicada en prensa a los presidentes de clubes femeninos a una reunión, el 2 de diciembre, para planificar la temporada. Parecía que, tal como sucedió unos meses antes, de ahí podía salir una nueva competición que diese continuidad al fútbol femenino. Pero la ausencia posterior de noticias nos hace pensar que no hubo acuerdo, o peor todavía, que las propias protagonistas habían desertado. En cualquier caso, no habría liga femenina.

A principios de 1972 la actividad se reducía casi totalmente al CF Virgen de Lluc. El resto de conjuntos, si no habían desaparecido del todo, mantenían una actividad testimonial e irregular, condicionados por la falta de público, de organización y de medios, o por deserción de sus propias componentes. En la prensa surgía esporádicamente el rumor de formación de algún equipo; pero no cuajaba ninguna opción, como sí había sucedido unos meses antes.

Partidos internacionales
Fuera por necesidad o por la voluntad de dar un salto cualitativo, el CF Virgen de Lluc entró en una nueva etapa: la disputa de partidos contra conjuntos extranjeros. La carencia de equipos en Mallorca y de una competición local también era un condicionante importante.

Dichos equipos eran conjuntos que hacían un stage preparatorio en Mallorca o venían de vacaciones. El CF Virgen de Lluc aprovechaba su presencia para concertar un amistoso, puesto que su economía de club de barrio modesto no daba para costear viaje y alojamiento de equipos venidos exprofeso para jugar. Además, dichos conjuntos provenían de países donde el fútbol femenino era una realidad más consolidada, lo que les confería un nivel futbolístico más atractivo que el entonces existente en España.

El CF Virgen de Lluc todavía aspiraba a convertir el fútbol femenino en algo serio, más allá de ser objeto de exhibición o para fines caritativos, y para ello necesitaba rivales de nivel. Cada vez se hacía más evidente que jugar partidos (cada vez menos) contra rivales improvisados, faltos de preparación y manifiestamente inferiores técnicamente dejaría al fútbol femenino en un estado embrionario permanente, sin futuro ni posibilidades serias de crecimiento.

El 3 de enero de 1972 llegaban a Palma dos equipos ingleses: el Queens Park Rangers Ladies FC (Londres) y el Watford Ladies FC, de vacaciones pero también dispuestos a disputar partidos de entrenamiento. El CF Virgen de Lluc acordó la disputa de un triangular. Se gestionó el Lluís Sitjar, pero no pudo ser. Finalmente se concertó el 6 de enero, en el campo del CF Virgen de Lluc. No sabemos si finalmente se disputó.

El 18 de julio se jugó en Capdepera un partido entre el CF Virgen de Lluc y el inglés Oxford Athletic, de carácter benéfico. El equipo inglés era un potente conjunto: llevaba unos 220 partidos (184 victorias, 22 empates y 14 derrotas) y 914 goles, además de contar con siete internacionales en sus filas. El partido se jugó, pero carecemos del resultado.

El 6 de agosto se preveía otro partido del CF Virgen de Lluc contra un equipo alemán: el SC 07 Bad Neuenahr (Renania-Palatinado), equipo alojado en un hotel de l’Arenal. Se jugó en el Miquel Nadal de Palma, campo de la Federación Balear, y desconocemos el resultado final.

Para entonces (julio de 1972) el CF Virgen de Lluc atesoraba unos números impresionantes. Llevaba 48 partidos jugados con 45 victorias, dos empates y una sola derrota, y 110 goles en su haber. Pero su futuro seguía siendo más sombrío que luminoso por la falta de rivales locales de entidad.

El RCD Mallorca femenino
Un hecho pudo revertir las circunstancias del fútbol femenino, entonces en pleno declive, cuando a finales de 1972 tres aficionadas del RCD Mallorca (Carmen Clarés, Carol Short y Pilar Sola) propusieron a la gerencia del club la idea de formar el equipo femenino. Fue informado el entonces presidente Juan de Vidal, quien habría dado su aprobación a la iniciativa. Pero nada más se supo de un proyecto que tal vez hubiese llegado a tiempo de remontar una situación que se veía irrecuperable. No sería hasta 2008 que la entidad mallorquinista fundaría su equipo femenino.

Últimos partidos

Después de estos partidos internacionales la actividad prácticamente desaparece. Sigue sin aflorar una competición local y no aparecía nadie capaz de rivalizar con el CF Virgen de Lluc. Durante 1972 la actividad se había reducido a periodos vacacionales (vacaciones navideñas y estivales), dependiendo de quien pasara por las islas para poder concertar algún partido. Todo esto fue espaciando la actividad del CF Virgen de Lluc.

Durante 1973 nada cambió. El fútbol femenino territorial se reducía al CF Virgen de Lluc, cuyo equipo estaba al borde del abandono por falta de competición, rivales, y, sobre todo, afición. Se registra algún amistoso contra el CD Constancia, y poco más.

A mediados de año, y después de meses de actividad, se anunció que un equipo finés llegaría a Mallorca para enfrentarse al CF Virgen de Lluc. No se confirmó, pero se logró organizar un triangular con un equipo danés: el Gymnastik og Idraetsforeningen (literalmente, Gimnasia y Asociación Deportiva) y un equipo de enfermeras de la Seguridad Social de Barcelona. Los partidos se jugarían del 1 al 4 de julio en un campo por determinar.

El 1 de julio, en el Estadio Balear, se jugó el partido entre el CF Virgen de Lluc y las enfermeras, algunas de las cuales ya habían jugado en el RCD Espanyol y el FC Barcelona. Para días después se preveía el partido contra las danesas, que no sabemos si llegó a jugarse

Pero jugar contra un equipo de enfermeras daba a entender que no había progresos reales y que no había nada mejor para mantener viva la competición, que seguía siendo algo anecdótico, irregular y con tintes hasta folclóricos. Este fue el último partido registrado del CF Virgen de Lluc, cuyo equipo debió desaparecer poco después. Así el fútbol femenino balear cerraba una primera etapa histórica con más sombras que luces.

Desaparición
Después del partido contra las enfermeras desaparecen completamente las noticias sobre fútbol femenino. Durante el resto de la década solo se notician algunos partidos de solteras contra casadas o pantomimas varias en el marco de festividades varias, sin valor deportivo alguno. Como ejemplo, el único partido femenino jugado en 1974 formaba parte de los actos del Sindicato Provincial del Espectáculo: un partido de bailarinas flamencas contra bailarinas pop en el Lluís Sitjar. Una charlotada como muchas otras en las antípodas del deporte como práctica deportiva seria, organizada y rigurosa.

Habría que esperar hasta 1980 para que se organizase, al fin, una competición seria. Pero esa es otra historia, ya contada en los números 101 y 103 de Cuadernos de Fútbol.

Conclusiones

La eclosión en las Islas Baleares del fútbol femenino fue un fenómeno surgido en paralelo al resto del país entre 1970 y 1973 aproximadamente, aunque su punto álgido aconteció en 1971. Como es lógico, sigue unas pautas comunes al resto y a la vez tiene características muy particulares.

En Mallorca fue un fenómeno inicialmente urbano, extendiéndose después al resto de la isla. Luego se percibe un equilibrio bastante patente, coexistiendo tantos equipos en Palma como en el resto de la isla y bastante repartidos geográficamente, sin que pueda categorizarse según criterios geográficos o demográficos. Así, surgen en localidades de envergadura como Inca o Manacor y también en pueblos diminutos, como Mancor de la Vall o la Colònia de Sant Jordi.

En cuanto al resto de islas, en Ibiza hay un fenómeno paralelo pero con menos clubes y partidos. En el único enfrentamiento interinsular registrado quedó claro que el fútbol mallorquín llevaba clara ventaja. Menorca y Formentera permanecieron al margen.

Desde el principio queda muy clara la jerarquía de dicho deporte: el CF Virgen de Lluc (Palma) fue el primer conjunto en nacer y el último en desaparecer. Desde el principio y hasta su desaparición fue el equipo más potente y dinámico del archipiélago balear, sobre el que pivotó toda la actividad del periodo y que con justicia se adjudicó el campeonato de liga celebrado en 1971.

Entre finales de 1970 y mediados de 1971 el proceso se muestra ascendente y culmina en la celebración de la primera liga entre mayo y junio, en la que participan casi todos los equipos existentes y donde quedó clara la jerarquía de dos equipos por encima del resto: el CF Virgen de Lluc, en representación de Palma, y el CD Constancia, por parte de los pueblos.

Durante el verano se concertaron partidos en las diferentes fiestas estivales, algo que contribuiría a normalizar su existencia junto con los partidos masculinos habituales. El proceso, hasta ahora, parecía claro y en clara expansión.

Sin embargo, desde el otoño de 1971 el proceso pierde fuelle rápidamente y el fútbol femenino queda reducido a su principal exponente, el CF Virgen de Lluc. Esto ocurre en paralelo al declive del proceso en el resto del país.

A pesar del todo, dicho equipo consigue resistir en solitario dos años más de manera heroica, hasta mediados de 1973, recurriendo a la disputa de partidos contra equipos extranjeros. Las posibilidades de Mallorca como destino vacacional de conjuntos extranjeros facilitó este recurso sin hacer un gasto suplementario que los clubes españoles no podían asumir. Esto convirtió el CF Virgen de Lluc en uno de los clubes más duraderos en España y en una referencia obligada de la historia del fútbol femenino español, resistiendo cuando muchos otros ya habían arrojado la toalla y muerto por inanición.

A pesar de la disputa del campeonato oficial por la Federación Balear de Fútbol, no hay ni rastro en los boletines anuales publicados por la RFEF. No hay ningún apartado dedicado a equipos femeninos, organigrama federativo, competiciones o participantes, ni siquiera ganadores. Es decir: si recurrimos exclusivamente a los anuarios de esa época da la sensación de que el fútbol femenino nunca había existido en las Islas Baleares.

En suma, el fútbol femenino balear vivió un primer episodio en 1971, en paralelo al resto del país, y que tuvo sus propias protagonistas, que vale la pena destacar y reivindicar ahora que se cumple justo medio siglo de los hechos.