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264. El palomar circular de Fuentes Claras

La Tajadera (núm. 26), febrero-marzo de 2021

Uno de los elementos más simbólicos y reconocibles de la arquitectura de Fuentes Claras es su palomar circular. Al llegar al pueblo desde la carretera general puede avistarse su figura, alzada al lado del desvío de acceso a la población, entrando a mano izquierda. Esto lo convierte en uno de sus primeros atractivos, claramente visible nada más llegar.

Hay una clara similitud entre los palomares aragoneses y los del sur de Francia de los que descienden, especialmente los llamados pied de mulet (pie de mula). Pero el de Fuentes Claras es un caso excepcional al ser uno de los pocos de planta cilíndrica en Aragón, junto al de Torralba de los Sisones y al ya desaparecido de Estercuel. Tiene un perímetro de 20,85 metros y el grosor de sus muros es de 70 centímetros.

Fue construido en mampostería y todavía mantiene el revestimiento original de argamasa. La entrada está adintelada con una viga de madera y se usaron sillares más voluminosos en su construcción. La parte superior del edificio está coronada por un muro semicircular con dos pináculos en cada extremo, alzado a modo de cortavientos. En cambio carece de cúpula y torrecillas, elementos habituales en estos edificios.

Se divide interiormente en tres plantas. La planta baja funciona como almacén y las dos superiores, a las que se accede mediante escaleras de madera, han servido como palomar. En cada piso los nidales se distribuían en dos y tres filas de tejas invertidas, recorriendo el muro interior.

Su función básica era la cría de pichones para la alimentación, donde eran sacrificados sin haber salido del palomar para mantener tierna su carne. Luego se desplumaban manualmente o por escaldado, se sometían a un socarrado suave de la piel y se vaciaban los menudillos. Finalmente se preparaban mediante el guiso, escabechado o en conserva en aceite. Era costumbre que las mujeres cocinasen 30 o 40 en aceite o en escabeche, para tener preparada la comida después de las tareas del campo o para llevárselos como conserva en frío.

Su estado actual es precario y necesita una restauración. Sobre todo el techo, perdido en parte, así como el basamento, afectado por humedades. Se hace necesaria su conservación, dada la excepcionalidad de su arquitectura cilíndrica, casi inédita en la comarca y todo Aragón.